Es habitual que aparezcan hernias sin una aparente causa que la haya originado. Sin embargo, hay ciertas acciones que pueden favorecer que surja una hernia. Algunas de las principales causas que pueden originar esta protuberancia son una tos persistente, un excesivo esfuerzo en el baño debido a un estreñimiento prolongado, sobrepeso, levantamiento de algún objeto muy pesado, un esfuerzo físico excesivo, una nutrición inadecuada, el consumo de tabaco, fibrosis quística, diálisis peritoneal o una próstata agrandada entre otros.
A pesar de que estas causas favorezcan la aparición de este tipo de bultos, éste puede aparecer de forma congénita o cuando la persona aún es pequeña y está en fase de desarrollo, por lo que puede presentar una debilidad en la pared abdominal. Además, es más habitual que se originen en hombres que en mujeres y las probabilidades de padecer una hernia aumentan conforme avanza la edad.
El caso de las hernias incisionales es distinto, ya que están formadas tras una cirugía que haya dejado una cicatriz en la zona abdominal.