Mucho se está hablando últimamente de las prótesis mamarias PIP.
Se ha intentado crear sustitutos del gel de silicona, como el suero salino, hidrogel, aceite de soja etc., imitando su tacto, su textura etc., para derrocar su hegemonía como material idóneo para el relleno de implantes mamarios. Todos han ido cayendo fruto de sus múltiples inconvenientes y/o efectos secundarios.
Hoy más que nunca se sabe, se conoce a ciencia cierta y de forma taxativa, que nadie ha podido demostrar científicamente ninguno de los efectos negativos planteados anteriormente.
Sin embargo, recurrentemente y de forma aislada en estos años, aparecen algunos viejos fantasmas del pasado, pero lo cierto es que no hay forma de derribar la idea objetiva y ampliamente aceptada por la comunidad científica, de que la utilización de los implantes mamarios de gel de silicona son los más usados e indicados a nivel mundial por cirujanos para reconstruir una mama, amputada por un cáncer o por falta de un volumen adecuado con fines puramente estéticos.
Prótesis PIP
Hoy vuelve con ímpetu a completar un nuevo ciclo histórico, el hecho de que unas prótesis fraudulentas llamadas PIP, generan de nuevo los viejos miedos abolidos por la ciencia médica.
Hasta aquí el planteamiento de la espinosa cuestión. En el siguiente post entraremos de lleno en ella, para dar a conocer la verdad sobre la polémica recientemente suscitada, y la alarma social generada por la desinformación general existente.
Francisco Navarro Viana
Cirujano Plástico U.N.F.V.
ASAPS – SPCPRE – AEXPI